
Sobre mi Obra.
Creo estas imágenes a partir de mundos intangibles, de reflexiones, distorsiones y pensamientos exacerbados. Cuento historias mediante situaciones diversas y simultaneas, haciendo convivir el control con el caos, disfrutando la ambigüedad. Paisajes llenos de fantasía, donde los acontecimientos siempre confluyen en sus personajes. Estos, amables, atrevidos y coloridos, suelen ser ejecutores y víctimas de las oscuridades y de lo extraño que los circunda.
Absorbo, proceso y genero símbolos. Me nutro del mundo de los comics, de imágenes espirituales y religiosas, así como también de la pornografía y la violencia.
Mi obra habla de mi, como individuo, y a su vez también como conjunto de sensaciones, sentimientos, y experiencias que se aglomeran sin identidad en mi.
Psicosexual x Marcelo Gutman
Lo mejor que le pudo haber pasado a Nicolás Uslé hasta el momento, en su brevísima carrera, es haber sido seleccionado en dos oportunidades en el certamen Currículum Cero, propuesta anual de una de las más reconocidas galerías de arte del país.
Esa muestra en particular abrió el debate de lo que significa la crítica de arte y lo contemporáneo en Argentina hoy; por un lado por la crítica escrita por Claudio Iglesias y luego por la respuesta de uno de los jurados, Rafael Cippolini (ambos escritos aparecieron en el suplemento RADAR de Página 12 en Diciembre del año pasado), el común denominador de las dos notas es que llevaban como imagen la obra realizada por Uslé (un “pequeño escándalo” como este es la mejor publicidad gratuita que un joven artista puede recibir).
Uslé, por sobre todas las cosas, dibuja y hasta se da el lujo de ser contemporáneo.
En la actualidad, la práctica del dibujo requiere el examen de un amplio espectro de dicha actividad, ya que es un proceso fascinante y sin fin que, desde el arte conceptual de los 60 se viene re-evaluando como un medio primario.
Algo pasa cuando se dibuja y más aún cuando se dibuja mucho; dibujar es el comienzo, es una unión íntima de auto-reconocimiento y aprendizaje, una percepción personal y hasta un estudio laborioso, una producción que incluye pensar y soñar.
La producción actual de Uslé son dibujos realizados en tintas sobre papel, en su mayoría con una medida de 1 metro x 1 metro. Usa pocos colores que le sirven a la perfección para no utilizar un espectro más amplio y no recargar así su mensaje (un rosa fuerte, algo de rojo, negro y el blanco del papel).
Su temática, a primera vista, es el sexo, y no sólo por alguno de sus títulos como Sumisión y Cadencia; pero una aproximación a cada una de esas obras, nos llevan más allá, hasta hacernos cómplices de cada una de las historias que cuenta. Sensaciones narradas.
Un dibujo de Uslé es ya casi inmediatamente reconocible como tal, cuando a muchos les lleva años hacerse de un estilo.
Su obra es tensa pero confidente, figurativamente reductiva y expresiva de una forma con la cual mantiene un cierto cuidado, hasta con la inclusión de un guiño irónico con el cual mantiene el control de la escena.
Sus personajes son deliberados, pero juguetones, animados, pero valientes. Su línea se manifiesta en jóvenes encantadores, extravagantes sexuales, amantes y sueños frenéticos.
Una línea que nos pueden llegar a retrotraer a un Egon Schiele post-adolescente; líneas que comenzó de muy chico, por el 2004, cuando su profesora de plástica le propuso a él y a sus compañeritos, hacer pequeños libritos de artistas, líneas que Uslé hizo con alguna reticencia, pero que prendieron, como él mismo dice, “una pequeña llama en mí” y dieron paso a sus primeras obras, ahora, ya maduras.